El debate de la posesión y uso de las armas de fuego no es un cuento chino. Ya cualquiera puede tener una sin que nadie sepa o le digan algo y luego hay unos desadaptados por no decir trastornados que asesinan a gente inocente. Apenas les comentamos sobre los accidentados en el primer “Gun Appreciation Day”, una celebración para entusiastas de las armas de fuego.
¿Por qué debemos de analizar quién puede y debe tener una? Fíjense que en Trinidad y Tobago, un policía de 33 años, que prefirió mantener su nombre en secreto, fue llevado a un hospital en la localidad de San Fernando, después de sufrir un accidente con un arma.
Alrededor de las 8 de la mañana del pasado domingo, los vecinos en Río Claro llamaron a la policía luego de escuchar un disparo, proveniente de un auto estacionado. Las autoridades respondieron la llamada y se fueron al lugar de los hechos.
Ahí encontraron al policía “anónimo” con mucha sangre. Resulta que este hombre se autodisparó -sin querer- en una zona donde jamás, lean bien esto: ¡JAMÁS! uno quisiera recibir ni un pellizquito. La bala salió directamente hacia su pene y parte de la ingle. Todo por traerla metida en el pantalón como si fuera qué…
Eso no fue todo. Las autoridades investigaron el asunto y encontraron que este policía de 33 años ni siquiera tenía licencia para tener un arma de fuego. ¡Tooooing!
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