Un estudio desarrollado en el Instituto Juan March de Madrid reveló que las parejas que asumen los papeles tradicionales del género (hombres en el trabajo, mujeres en la casa) son más propensas a elevar el deseo sexual de ambos; sin embargo, éste estudio detalla que las cosas no son tan sencillas como creemos.
El Dr. Sabino Kornrich, líder de la investigación que involucró a más de 4,500 matrimonios estadounidenses de mediana edad, reportó que las parejas en las cuales el hombre se dedica a labores “masculinas” y la mujer se queda en casa, incrementa el deseo sexual debido a que, inconscientemente, somos atraídos por los conceptos básicos de la feminidad y la masculinidad.
Esto puede resultar un poco ofensivo para algunos librepensadores que aún creen que los viejos valores con los que se regía la sociedad han caducado; sin embargo, el fenómeno es parte de nuestra tradición humana y será difícil borrarlo completamente de nuestras vidas.
Por otro lado, Kornrich aceptó que si bien, una pareja “tradicional” tendrá veinte veces más sexo al año que otra que se divide las labores del hogar, la segunda instancia gozará de mayor satisfacción sexual; en otras palabras, “las parejas más equitativas tendrán más calidad que cantidad”.
Algunas de las esposas entrevistadas por el equipo de Kornrich aceptaron que cuando el marido se rehúsa a ayudar en las labores de la casa, éstas no se sienten sexualmente satisfechas a pesar de sentirse más atraídas por su marido y la renuencia al trabajo hogareño que presenta.
Por último, el equipo de científicos también encontró que todas las parejas donde el hombre se resiste a ayudar en las labores del hogar presentan un número mayor de conflictos maritales que, posteriormente, terminarán en divorcio, por lo que aquél hombre que opte por lavar trastes y estar al pendiente del mantenimiento de la casa tendrá una vida en pareja más satisfactoria, pero con menos sexo.
El estudio apoya la teoría anterior que indicaba que a las mujeres les gustaban mandilones.
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