viernes, 25 de enero de 2013

Irlandeses piden licencia para manejar ebrios

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Una de las características que distingue a los irlandeses es el gusto que tienen por consumir litros y litros de alcohol para ponerse hasta las chanclas. Por eso, no es de extrañar que en aquellas lejanas tierras, se proponga que manejar en estado de ebriedad sea perfectamente legal.

Al menos en Kerry, un poblado ubicado al suroeste de Irlanda, esta semana se aprobó enviar una moción al gobierno en donde se solicita la creación de una licencia de manejo, que faculte a los agricultores que radican en lugares lejanos a su área de trabajo, para poder echarse unos tragos y regresar a casa en sus autos (o tractores, depende el caso), sin temor a ser sancionados por la ley.

Para varios políticos locales, esta medida podría ser revitalizante. Con ella, dicen, se combatirá la epidemia de aburrimiento y depresión que comenzó en el 2011, cuando en Irlanda se impusieron varios controles para impedir que los ciudadanos conduzcan bajo el influjo del alcohol.

Y es que para las pasadas generaciones de irlandeses, conducir flameadones era muy común. Incluso nunca faltaban los bares en los poblados más pequeños y en las intersecciones más desoladas.

Esta situación cambió en los años más recientes y el gobierno irlandés instauró nuevos estándares de seguridad vial, como exámenes de conducir obligatorios, pruebas de alcohol a los conductores y un sistema que quita puntos a las licencias de los conductores que manejan alcoholizados. Con estos esfuerzos se redujeron las muertes en los caminos y carreteras, que pasó de 400 anualmente, en la década de los noventa, a 162 el año pasado.

Por lo anterior, Alan Shatter, ministro de justicia, no vio divertida la propuesta de permitir que los irlandeses manejen entonados, y aprovechando que daba un discurso ante el parlamento, calificó la propuesta de “sumamente irresponsable”.

Aun así, esta medida no sólo es apoyada por los conductores que gustan de conducir como “arañas fumigadas”, sino también por los propietarios de los bares de Kerry, pues afirman que a raíz de las medidas de prevención sus ventas se han desplomado. Vaya, hasta comentan que los caminos estrechos y poco alumbrados cercanos al poblado, son seguros para los conductores aun después de beberse varios litros de cerveza.

Danny Healy-Rae, dueño de uno de estos bares, comenta que los conductores borrachos no conducen tan rápido sus tractores y autos, por lo que es difícil que maten a alguien. Para él, quién se eche unos tragos debería tener permiso de conducir, siempre y cuando maneje a menos de 50 kilómetros por hora.

Esperemos que algún diputado no lea esta nota y proponga que en algunas ciudades de México se implemente una medida similar. ¡Tanto que le costó instaurar su alcoholímetro a Ebrard!

¿Ustedes cómo ven la propuesta de estos irlandeses?

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