¿Te encuentras aburrido de la vida? ¿Estás harto de la rutina? ¿No tienes amigos, novia, ni perro que te ladre y buscas un poco de diversión? No te preocupes, la solución es fácil: vete de vacaciones a la guerra.
Así es, deja lo que te amarre a tu tedioso presente y embárcate a una original y peligrosa aventura. Eso hizo el japonés Toshifumi Fujimoto, quien cansado de su trabajo como conductor de camiones, decidió tomarse unas semanas de descanso y viajar a Siria, en donde sin hacer mayor escándalo y nomás pa’ distraerse, se pasea entre las construcciones en ruinas, tiroteos entre francotiradores y los muertos del conflicto armado que asola esa nación.
Viste uniforme del ejército japonés, y únicamente carga una cámara de video y otra de fotos. Pasa su tiempo tomándose fotografías con los combatientes. Apenas habla inglés y no entiende ni una palabra en árabe, de hecho, su única forma de hacerse medio entender es por medio del traductor de Google.
Ahora se encuentra en la ciudad de Alepo, al norte de Siria (una de las zonas más violentas desde hace medio año), donde pone en juego su vida mientras se encuentra en las líneas del frente de Guerra, acompañando a los soldados del Ejército Libre Sirio (oposición armada en contra del régimen de Bashar Al Assad).
“Cada mañana me desplazo a una línea del frente. Voy solo porque ningún guía quiere llegar al frente y yo quiero ir cada día. Es muy excitante y los subidones de adrenalina son tremendos”, comenta.
Pese a esto, realiza sus recorridos sin chaleco antibalas pues los considera demasiado pesados para correr. Incluso relata que mientras los rebeldes le dicen que se dé prisa cuando hay francotiradores en la zona, él se toma su tiempo para tomar sus fotos.
“Yo no soy objetivo de los francotiradores porque soy un turista, no como los periodistas. Y no tengo miedo de que me disparen o me maten. Estoy entre un samurai y un kamikaze”.
Fujimoto tiene 45 años, es padre divorciado y confiesa que en Japón suele llevar una vida monótona y solitaria. Tiene tres hijas pero desde hace cinco años no lo dejan tener contacto con ellas “ni por Facebook, ni por internet, ni nada de nada”. Sus rutas como conductor de camión transcurren entre Osaka, Nagasaki y Tokio. Conforme pasan sus días en Siria, ha ido convirtiéndose en una atracción local.
Para compartir al mundo su experiencia, Fujimoto va subiendo a las redes sociales las fotografías del infierno que ve a diario, y en el cual encuentra la dosis de adrenalina para sentirse vivo. Dice que no vende las fotografías, pues las pone en internet “para que sus amigos la vean”.
¿No qué no tiene amigos?
Aquí su perfil de Facebook, en donde hay fotos de este Taka-Taka posando de forma victoriosa con los rebeldes o hasta portando armas insurgentes.
Para pedirle permiso a sus jefes, les comentó que se iba de vacaciones a Turquía. Según él, tuvo que decir esta mentira piadosa para que sus superiores no pensaran que está loco.
El viajecito, por si alguien está interesado en pasar por allá sus vacaciones, no le ha salido tan barato. Gastó unos 1,900 euros para llegar en avión hasta Turquía. De ahí, ingresó clandestinamente a Siria, en donde paga 25 dólares diarios a un ciudadano que le da alojamiento y le permite conectarse diariamente a internet.
Este no es el primer viaje que realiza Fujimoto. En septiembre del año pasado estuvo en Yemen durante los ataques a la embajada de Estados Unidos. Meses atrás también acudió al Cairo para presenciar la caída de Hosni Mubarack. Ahora, entre sus planes se encuentra ir a conocer a los talibanes en Afganistán.
La guerra no lo hace llorar, pero sí la ausencia de sus hijas…
¿Qué les pareció esta historia? A muchos podrá parecerles que es un loco, a otros un idealista. Lo cierto es que este hombre está viviendo en el límite, viendo lo que la mayoría de las personas ignoramos. ¿Cuántos de nosotros haríamos lo mismo?
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