Obama nominó a Chuck Hagel (miembro del partido republicano) para estar a la cabeza del Departamento de Estado (dirigirá el Pentágono), y a John Brennan como director de la CIA.
John Brennan ha sido el asesor contraterrorismo de Obama por mucho tiempo y, aunque ya había sido propuesto para el cargo, él mismo renunció a la candidatura por estar relacionado con los métodos de interrogación de la administración de Bush, denunciados por organizaciones de derechos humanos como “tortura”. Sin embargo, Brennan no fue la primera opción de Obama para el puesto. Ya en los pasados meses, los republicanos le advirtieron Obama que no dejarían que acomodara a Susan Rice (su candidata en un inicio) en el puesto actual de Hilary Clinton.
Las declaraciones de Brennan (que podría dirigir el Pentágono) hacen pensar que será un líder relajado y abierto con la ciudadanía, en un puesto que en tiempos pasados requería del más férreo secretismo, Brennan recordó “es igualmente importante que haya un diálogo completo y transparente sobre estos asuntos con los representantes elegidos por la ciudadanía norteamericana”, refiriéndose tal vez a aquellas operaciones antiterroristas que se realizaban en secreto en la administración de Bush.
Por otro lado, Obama ha escogido a Chuck Hagel, un republicano, para dirigir la CIA y si esto parecía un guiño de reconciliación después de la pugna sobre el abismo fiscal que hace apenas unos días logró resolverse, los republicanos ya se adelantaron a anunciar que no están contentos con la elección de su compañero de partido. En ambos lados se quejan de que Hagel fue un partidario de la ley “Don’t ask don’t tell” que prohibía a los homosexuales hacer cualquier anuncio de su homosexualidad durante su servicio militar.
Los republicanos además, acusan a Hagel de no apoyar a Israel lo suficiente en el pasado pues el republicano ha declarado en un libro que: “El lobby judío intimida a mucha gente aquí. Siempre he rebatido las cosas estúpidas que hace, porque no creo que obre en el interés de Israel”, añadió, “y yo soy senador de Estados Unidos, no soy senador israelí”.
Parece que la ratificación de estos dos nombramientos no será pan comido en el senado.
La triada Obama-Hagel-Brennan tiene en la agenda sendas tareas a cumplir en los años de la siguiente administración: están, sólo por nombrar los más urgentes, el problema en Siria, las elecciones en Israel y las amenazas nucleares de Corea del Norte e Irán.
***vía The Guardian
0 comentarios:
Publicar un comentario