Parece que uno de los grandes misterios de la humanidad ha sido resuelto, pues unos investigadores de la Universidad de Newcastle creen haber encontrado la causa de que los dedos se arruguen cuando se pasa mucho tiempo con las mano en el agua.
De acuerdo con la investigación, esto tiene que ver con un proceso evolutivo, pues los “dedos de viejito” ayudan a manipular más fácilmente los objetos húmedos que cuando se tienen los dedos secos.
Las arrugas son causadas por la contracción de los vasos sanguíneos, que son controlados por el sistema nervioso. Es por ello que, al ser un proceso activo, los científicos pensaban que esto debería tener alguna función específica.
Tom Smulders, investigador del Centro para la Evolución y la Conducta de Newcastle, señala al respecto:
Si el sistema nervioso está controlando activamente esta conducta en unas circunstancias y no otras, es obvio que exista una función específica que el sistema evolutivo ha seleccionado.
Para probar su teoría, sometieron a varios voluntarios a un experimento que consistía en la recolección de canicas sumergidas en agua, las cuales tenía que pasarse a través de un pequeño orificio. El resultado fue que las personas con las manos arrugadas tardaron menos tiempo en realizar la tarea, en comparación con aquellas que tenían los dedos lisos.
De esta forma, los dedos arrugados tendrían una función similar a las hendiduras de las llantas, que sirven para aferrarse mejor al pavimento. Según los científicos, esto le pudo haber servido a nuestros antecesores para recolectar alimentos en ambientes húmedos o para tener un mejor agarre en los pies debajo del agua.
Ahora ya sabemos que las arrugas de los dedos no sólo son una broma de la naturaleza.
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